Publicada originalmente en 1976, en pleno boom económico italiano, esta pequeña obra maestra se presenta como una novela social que, página tras página, dibuja un fresco cruel y clarividente del lado más oscuro y mezquino de la pequeña burguesía, entendida como condición existencial inherente a la contemporaneidad capitalista y consumista.
Con un estilo conciso, inmune a cualquier concesión al colorismo que no sea el tono ceniciento del anonimato, Cerami esboza el personaje escalofriante de un anodino funcionario ministerial, embrutecido por el ritmo inhumano de la gran ciudad, enajenado por la cotidiana lucha por la supervivencia y completamente sumido en un constante estado de indiferencia y soledad. Un pequeño pequeñoburgués, precisamente: el epítome del ciudadano medio, con su fragilidad e infantilismo, que, privado de todo, incluso de las más básicas referencias morales, acaba por convertirse en un monstruo.
Una historia sórdida, sucia, que avanza con lúgubre e inexorable paso hacia un desenlace anunciado y sin embargo asombroso. En palabras de Pasolini, «una bellísima novela neocrepuscular, atroz».